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Rupturas y dinámicas sociales. Reconsideraciones / Muerte y vida de las Grandes Ciudades, Jane Jacobs

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© Georgina Alfaro

En el primer capítulo de su libro “Muerte y vida de las grandes ciudades” (1961), Jane Jacobs, presenta una serie de mitos respecto a la seguridad peatonal. Recuerdo que en la universidad era casi un requisito conocerlos de memoria. Sin embargo, con el pasar del tiempo, las variables en relación a la seguridad y movilidad peatonal planteadas en dicha sección, fueron cobrando otra perspectiva para mí en función al entorno inmediato, forjándome una nueva postura al respecto, que me permitió autoevaluar la realidad a la que estoy expuesta bajo este mismo enfoque pero dentro de otra óptica.

Como resultado de este proceso, desentrañé una serie de comentarios que obedecen y se transforman ante el descubrimiento de nuevas dinámicas culturales particularmente de Latinoamérica.

Vacíos urbanos: reapropiación de espacios abandonados / Valencia

© Anne-Claire Bled

© Anne-Claire Bled

Hoy en día la ciudad crece, se expande, se densifica. Nuestra época es la de las grandes metrópolis tentaculares de las cuales no controlamos su crecimiento, y en cuyas periferias se acumulan proyectos urbanos desmesurados y fuera de escala. Irónicamente, la ciudad produce en su interior espacios residuales, llenos de contradicciones con la imagen de las grandes megalópolis.

Es el caso de Valencia donde, como en casi todas las grandes ciudades españolas, se puede ver aparecer un número creciente de solares urbanos, espacios vacíos, parcelas abandonadas. «Solares urbanos, vacíos, intersticios»… la terminología para designar estos espacios residuales y fragmentados es amplia, tan amplia como su presencia en la ciudad.

Museo busca colección

Hoy en día, parece que únicamente es necesario utilizar los adjetivos ‘democrático’ y/o ‘ecológico’ para demostrar el beneficio de cualquier tipo de actividad o producto.

Si nos trasladamos al mundo de la cultura, vemos que la máxima‘la democratización del arte’ ha dado cobijo a la construcción de incontables museos y centros de interpretación a lo largo de las últimas dos décadas. La avaricia, la envidia y el afán de reconocimiento público han generado infinidad de carcasas icónicas que encierran espacios en hibernación. Lugares donde se suceden salas impersonales a la espera de colecciones dignas que justifiquen una inversión desmesurada.

En muchos casos, el museo del siglo XXI ha dejado de ser una institución dedicada a la adquisición, conservación y exposición de obras artísticas, para convertirse en un excelente receptor de masas. Se entiende como icono arquitectónico antes que como centro de culto de la Historia del Arte. La pregunta es, ¿por qué el museo se ha convertido en una perfecta máquina facturación?

Arte y arquitectura: Videojuegos / Entrevista a Eduardo Cueto

¿Cómo trabaja un diseñador de videojuegos? ¿Cuáles son sus influencias? ¿Son diseñadores puros?, ¿constructores cuyo material son extrañas fórmulas?, ¿freaks endogámicos o misceláneas pluriformadas? ¿Construyen mundos virtuales o tableros de juego? ¿Son guionistas, fotógrafos, máquinas de imaginar? ¿Son artistas, arquitectos, historiadores? ¿Son todo lo anterior y ninguna de esas cosas?

Hoy entrevistamos a Eduardo Cueto, amigo de la infancia, compañero de clase desde los tres años que dibujaba peleas de barcos pirata mientras hacía el ruido de los cañonazos con la boca, mientras borraba a las víctimas erguidas y las dibujaba tumbadas. Sus dibujos eran un papel lleno de borrones y nuevos trazos superpuestos que narraban una escena completa. Su papel tenía tres dimensiones, pero no las habituales. Tenía las dos de ‘x’ e ‘y’ del plano, y el factor tiempo. Teníamos cuatro años, estábamos en el colegio; lo observé un minuto mientras escenificaba su historia pasando desapercibido para el resto de la clase. La imagen se grabó en mi mente, y nunca se borró.

Eduardo Cueto es hoy diseñador de videojuegos y, como él dice,  filólogo e historiador truncado, amante de lo indie y ligado a la arquitectura por la búsqueda de la integración de ésta en el mundo digital como una parte más de una gran historia. Os dejamos un cachito de su vida, en forma de conversación, en esta entrevista:

¡Este sitio agobia! / Arquitectura y Neurociencia

¿Alguna vez has cenado en un restaurante en el que tienes que hablar a gritos para que la persona que está sentada a menos de un metro de ti te pase la ensalada?

Son muchas las veces que, en espacios públicos, habitualmente cerrados, tenemos que modificar nuestro comportamiento habitual por las condiciones espaciales. Si en el proceso del diseño del restaurante se tuviesen en cuenta las cualidades acústicas del espacio, por ejemplo, colocando algún material absorbente en el techo (como una tela o material poroso, a poder ser, perforado) no haría falta elevar el volumen de la voz para dirigirse a los comensales que nos acompañen.

Una explicación más sólida del suceso del restaurante, comienza por comprender que la respuesta que los humanos mostramos hacia la arquitectura se asienta generalmente sobre emociones a priori subjetivas como “Me gusta este espacio porque es muy amplio”, o “No me gusta esta oficina porque no tiene luz natural”. Pero detrás de estas respuestas emocionales hay una base científica que las explica. Varios equipos de neurocientíficos han demostrado que en el momento en el que nos adentramos en un espacio se desencadenan una serie de actividades en nuestro cerebro que afectan a nuestras emociones, nuestra salud e incluso al desarrollo de nuestra memoria.

Un idilio entre el arte y la arquitectura: el IFAC

Hay encuentros entre personas que te llenan de electricidad. Cruces de caminos breves e intensos, cargados de magnetismo, de pensamientos compartidos, y de ideas bellas. Pequeñas conexiones inesperadas, fugaces, con fecha de caducidad, y que sin embargo quedan mucho tiempo en la memoria.

A veces, los cruces de caminos no se dan entre personas, sino entre artes, oficios, habilidades, experiencias. La inevitable atracción entre el arte y la arquitectura es una de ellas. Misceláneas explosivas, romances borrachos de imaginación.

Y, muy pocas veces, ocurren ambas cosas a la vez. Y, entonces, sólo puedes esperar a que vuelva a suceder.

Se llama IFAC, y es el International Festival of Art and Construction. Esta celebración de diez días reúne cada año a más de 300 personas de todo el planeta en algún área rural del mapa europeo: almas inquietas, llenas de libertad creativa. He tenido la infinita suerte de ser una de esas 300, y por eso quiero contar cómo es IFAC, desde su apasionante interior.

El Mundo Becario

Compartimos en AAAA nuestro texto escrito para la Fundación Arquia. Accede a la publicación original aquí:

Traigo un tema peliagudo. Se han escrito ríos de tinta sobre los becarios, practicantes, estudiantes con pasantías, etc. El caso es que, lejos de cambiar la situación, cada vez las maneras de maquillarlo son más originales, y afectan tanto a alumnos como a titulados.

Ha habido por ejemplo mucha polémica por los emails filtrados de megafirmas de arquitectura (como Sanaa) que, viralizados, han levantado ampollas además de causar algún derramamiento de bilis en las RRSS. Pero por favor, no nos engañemos: el más pequeño e indefenso estudio de arquitectura utiliza el recurso ‘becario’.

El Maestro

Compartimos en AAAA nuestro texto escrito para la Fundación Arquia. Accede a la publicación original aquí:

Últimamente veo a menudo escrita la palabra ‘maestro’ como apellido de algunos arquitectos. Eso me hizo preguntarme por el concepto de ‘maestro’, y buscar ejemplos aquí y allá. Así, vi muchas pelis de artes marciales, leí libros de filósofos, e incluso algunos fragmentos de leyendas, o pasajes de la Biblia. Quería saber qué tenían en común, a lo largo de la historia y la literatura, del cine y el pensamiento, los maestros. Y entonces, podría pensar cómo aplicarlo a un arquitecto.

La arquitectura debe morir

Hemos dejado de lado la oportunidad de morir. Tememos cerrar los ojos y no poder volver abrirlos jamás. Tememos al sueño eterno. A perderlo todo. Olvidar las relaciones personales. Dejar atrás nuestras pertenencias y dejar atrás todo lo que algún día creímos nuestro.

Hay ocasiones en que me siento muy cercano a la muerte, ocasiones en las que me gustaría morir: Cerrar los ojos, cansados de tanta mentira. ¿Pero es la muerte algo necesariamente negativo? Morir, desde otra perspectiva, debería ser visto como una oportunidad única.