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Casas de marca

Ya están aquí, y mucho han tardado, las casas de marca. Hace unos meses paseaba por Torre del Mar, en Málaga (España), cuando me encontré el siguiente anuncio publicitario.

Peregrino e insultante para con sus potenciales clientes. Arquitectura que para comercializarse no promociona su calidad  ni cualidades, sino que el reclamo más apropiado es la marca de su autor (el cual da para varios textos, pero ese no es el tema). Es duro pensar que tras haberse hecho un estudio profesional de mercado se concluyera que lo mejor que se podía decir de estas casas para venderlas era quién las había hecho.

El parque temático Batlló

Hace unos meses viajé a Barcelona y como buen estudiante de arquitectura planeé la visita lo más intensa y barata posible, siendo esto último lo más difícil. Me llevé la impresión de que la ciudad tiene una mayor inquietud hacia la cultura que la que conocí en otras ciudades. Y a su vez, una actividad turística desmesurada que pocas veces vi, la cual amenaza con devorar a la propia ciudad. Ambas realidades presentan tanta fuerza que se hace complicado compaginarlas adecuadamente. Un buen ejemplo de dicha dualidad es la casa Batlló. Fue una sorpresa doble y dispar dadas mis ideas previas sobre la obra y su autor, Antoni Gaudí. Siempre vi la casa demasiado justificada por sus formas alegóricas y simbólicas, pero al visitarla quedé gratamente impactado. En primer lugar me sorprendió la maravilla de la fluidez de sus recorridos, su escala y esos micro-espacios dentro de otras estancias; los colores, el...

Hace unos meses viajé a Barcel...

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Un plano de tu ciudad para colorear.

Un plano revolucionario.

Era 1748 cuando el arquitecto y topógrafo Giambattista Nolli, impulsado por el papa Benedicto XIV, mediante permisos y financiación, publicó ‘NuovaPianta di Roma Data in Luce da Giambattista Nolli l’Anno MDCCXLVIII. Un trabajo de 17 grabados de 81 por 56 cm, de los cuales 12 presentaban, fragmentado, un plano de la ciudad de Roma revolucionario en concepto y ejecución.

El rey al que le gustaba ser obedecido

[ARQUITECTURA ante |bajo |con |contra |de |desde |en |hacia |hasta |mediante |para |por |según |sin |sobre UN LUGAR].

rey

El rey al que le gustaba ser obedecido. ‘El Principito’ Antoine de Saint-Exupéry, 1951

Quería releer ‘El Principito’. Ya lo he hecho y, aunque es breve he tardado bastante, pues he ido despacio. Se lo merece.

Durante su viaje por distintos planetas el Principito se encontró con un rey, monarca absoluto universal, al que le gustaba ser obedecido por encima de todas las cosas. Su felicidad estaba condicionada a ello, no importaba tanto la orden como el hecho de ser obedecido. El rey se había dado cuenta de que para ser más obedecido, y por tanto más feliz, sus órdenes debían ser razonables, estar al alcance del súbdito y que éste deseara cumplirlas. Por ejemplo al Principito le ordena bostezar cuando está cansado y quiere bostezar y le ordena irse cuando se quiere marchar. De este modo ambos eran felices: el súbdito por hacer lo que quería y el rey por ser obedecido.

Más allá de las conclusiones que cada uno pueda sacar de este pequeño capítulo para su vida, creo que hay mucha arquitectura que aprender aquí, y en todo el libro en general. Sin tener que izar la bandera del ‘hacer virtud de la necesidad’ veo una invitación a algo más sencillo y en ocasiones ignorado como es ‘hacer virtud de la realidad’. Tomar consciencia de lo que hay y de lo que el proyecto ya es antes de que el arquitecto aparezca y que esto sea herramienta de proyecto.

No lo entederás si no vas más despacio

¿Cuánto tiempo le dedicas a ver un proyecto de arquitectura? ¿Y si es en una web? ¿En una revista? ¿Al proyecto de un compañero? ¿Al proyecto de un alumno? Y ¿Cuánto tiempo le dedicas tú a desarrollar tu proyecto? ¿Quién no ha sentido y tenido la plena convicción de que es imposible que se entienda su proyecto en cinco minutos? Seguramente nuestros proyectos no sean ni más ni menos complejos que los de nuestros compañeros y sean igual de dignos. Pero hemos trasladado este ritmo vertiginoso de la sociedad a la arquitectura y se nota.

El tiempo que estimamos que va a ser invertido para ver nuestro proyecto condiciona totalmente la génesis de éste. Tanto es así que en ocasiones los proyectos parece que han olvidado que son proyectos y parecen haber sido creados por y para sí mismos.

Alicia en el País de las Maravillas, Walt Disney, 1951

Alicia en el País de las Maravillas, Walt Disney, 1951