Intervención en Ritoque. © Ana AsensioHay ideas que rondan de forma obsesiva. Te enamoras de ellas, las buscas, las haces platónicas y provocas encuentros fortuitos. Ideas que con el paso de los años y la suma de experiencias acaban conectándose, haciéndose reales, tomando forma, y adquiriendo sentido.
“Aprender haciendo“, ¿tan loco era lo que quería? En la escuela de arquitectura a la que pertenezco lo era, con una visión muy limitada de la praxis. Sin apenas visitar obras, sin tocar los materiales, dividiendo las asignaturas en“teoría” y “práctica” donde la segunda era una extensión de la primera casi sin salir del papel. Y, sobre todo, sin el derecho al error, siempre penalizado. Mi “idea loca” era que esas equivocaciones hacen construir realidades más fuertes y proyectar soluciones a problemas tangibles y constatados. Reinventarse. Transformar. Adaptarse. Salirse.La educación en arquitectura es una cuestión de experimentación.