“Los muros de piedra no hacen una prisión, ni los barrotes de hierro una jaula; para los espíritus inocentes y serenos eso no es sino un lugar solitario.” (Richard Lovelace)

En las películas como en la vida real, los espacios donde se realizan distintas tareas adquieren diferentes niveles de trascendencia, definen naturalmente el tipo de actividades y en algunos casos las condicionan y/o limitan. La arquitectura y el paisaje en el cine pueden simplemente contextualizar la escena u obtener un papel protagónico e influir sensiblemente en el estado físico y sobretodo mental de los protagonistas. Estas locaciones seleccionadas por los artistas provocan diferentes sensaciones como ser: agobio, angustia y locura; una suerte de arquitectura “claustrofóbica” que adquiere distintas connotaciones.

[ATENCIÓN, SPOILERS]

Sin importar la situación del individuo, están las que afectarán directa e innegablemente a su psiquis. Existen películas que cuentan con estancias en edificios penitenciarios y/o correctivos, arquitecturas con un aislamiento tal que dentro de ellas todavía exista cierta opción –aunque limitada – de movilizarse y sociabilizar.

Total o parcialmente, la arquitectura en ‘Cadena Perpetua’, ‘Papillon’, ‘La Milla Verde’, ‘La Naranja Mecánica’, ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’, o ‘Shutter Island’ – entre tantas otras que cuentan con este tipo de claustros – cumple distintas funciones despertando en los protagonistas un gran espectro de sentimientos.

En ‘Papillon’ y ‘Cadena perpetua’ los ambientes son en general abiertos y algo permeables. Un escenario artificial confeccionado a fin de que los presos desarrollen actividades similares a las de un hombre en libertad con el propósito de incorporar hábitos positivos cual zoológico. Estos reclusos que aparecen sufriendo la mayor parte del tiempo, terminan logrando grandes amistades, estabilizarse y escapar: finales felices.

‘La Milla verde’ y ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’ poseen espacios con límites algo más definidos. Aquí los protagonistas alternan entre sentimientos de tristeza, perplejidad y felicidad, lo que se manifiesta de forma clara cuando ambos internos logran salir momentáneamente de los recintos –con o sin autorización- y demuestran una fuerte emoción. Acaban con muerte, en un final muy conmovedor bajo un gran manto de injusticia.

Los recintos en ‘La Naranja Mecánica’ y ‘Shutter Island’ son variables dentro de la misma historia: cárceles, centros mentales para reclusos y una combinación de ambos. Estos provocan en los personajes desequilibrios mentales y fuertes estados de bipolaridad manifiestas durante la película. Trama y finales entreverados.

En otro bando existen aquellas donde arquitectura y paisaje, a pesar de también influir sensiblemente en la trama, el aislamiento y/o encierro se produce circunstancialmente. En historias como ‘La Ventana Indiscreta’, ‘El Ángel Exterminador’, ‘Old Boy’, ‘El Resplandor’, ‘Náufrago’, ‘La Mujer en la Arena’ y ‘Gravity’, la característica principal es que el espacio y la mente del personaje se relacionan y se funden dentro de un gran mar de inestabilidad mental.

En las primeras tres, el espacio habitado por los actores resulta ser únicamente una habitación. Todas ellas proponen -por diferentes motivos- la incapacidad de salir del aposento: por ejemplo una silla de ruedas en ‘la ventana’ y una fuerza sobrenatural en ‘el ángel’. Estos modelos de encierro provocan pensamientos extraños, y hasta delirios, pero sobretodo una negatividad latente Esto ocurre en gran parte gracias a tener límites bien definidos y no poder salir de ahí bajo ninguna circunstancia.

Distinta es la situación que se presenta en ‘El Resplandor’ y el filme japonés ‘La Mujer en la Arena’ donde los personajes llegan por voluntad propia. Al tiempo de su llegada y con algunos trastornos desearán huir de ahí, pero la totalidad del paisaje parece conspirar contra su huida y a la postre contra su salud mental, les “come la cabeza” y parece imposible escapar.

Un estilo de encierro alternativo es el de ‘Náufrago’ y ‘Gravity’. Acá, el mismo pasa del plano físico al sicológico, pues en realidad no existe encierro per se, si no que por el contrario la capacidad de movimiento es inmensa y con límites naturales. Los factores determinantes de sentir el encierro son en realidad la soledad absoluta sin oportunidad de relacionamiento alguno. Esto deviene en pérdida de cordura y alucinaciones, tanto que Tom Hanks en ‘Náufrago’ termina lamentando en forma trágica la pérdida de su “amigo” –la pelota- Wilson.

La cinematografía, en un afán de superarse y complejizarse, busca muchas veces pasar de una arqutiectura estática y con rol secundario a una arquitectura dinámica y con un papel protagónico en la historia. Hace uso de la misma en diversas formas con el objetivo de –mediante los personajes- transmitir hacia el espectador la variedad de sensaciones que pueden llegar a provocar estos espacios de alejamiento y reclusión.

“Esperanza. Amigo, deja que te explique, la esperanza es muy peligrosa, puede volver a un hombre loco, aquí dentro es del todo inútil, más vale que te hagas a la idea.” [Morgan Freeman – Ellis ‘Red’ Redding]

Texto: Andrés Angelero / Fotografía: Información en el pie de foro/ Escrito originalmente para The AAAA Magazine / Cita: Andrés Angelero, “Arquitectura claustrofóbica” / Fecha 12 mar 2015