Arquitecturas en papel / ¡muros, abríos!
HERALDO
Mi antigua función de anunciar el espectáculo ha sufrido menoscabo por el misterioso influjo de los fantasmas. En vano trato de explicar por causas sensatas la confusa situación. Ya están dispuestas las butacas y las sillas. El Emperador está ante la pared, así podrá contemplar cómodamente las batallas de la época gloriosa. Aquí están sentados todos, el Soberano y la corte. Las banquetas están allá al fondo agolpadas. E incluso en esta hora tan sombría, la amada se sienta al lado de su amante. Y ya que todos han encontrado confortable sitio, estamos dispuestos: los espíritus pueden aparecer. (Toque de trompetas).