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Ahogar, dulce ahogar

Era el tiempo tan grande que me dolía incluso en sueños aguantar mi peso.

Dicen que hay dos memorias en cada una de nosotras, una es la que se queda en lo que queda y otra, la que habita en el olfato. Siempre supe que mi piel, mampostería de recuerdos, añoraba ser defensa y sustento; pero me costó entender que en lo humano también hay restos que aplastan a los hombres sin saberlo.

Incluso antes de estar completa, cuando me estaban levantando con esfuerzo y paciencia, sentía la alegría de vivir llena. Mi corazón ordenaba su caos, su experimento me hacía latir con más fuerza. Era algo etéreo, un huracán almacenado entre tierra y teja que nos sacudía sin movernos y nos devolvía siempre a nuestro centro. Felicidad contenida en siglos o segundos eternos.

Simbiosis aplastante que se deslizaba con sigilo, sin negociar costuras ni dobleces. Hasta que llegó el momento de elegir, barrer debajo de la alfombra o acumular en las esquinas. Y al final, ¿el final?

Poesía del Abandono / Castillo de Sagunto

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«Cuando se construye un edificio, es todavía libre de servidumbre, tiene un tipo de elevación espiritual – ninguna brizna de hierba puede crecer en su estela. Cuando es terminado y en servicio, se diría que quiere contarle la aventura de su construcción. Pero todas sus partes encerradas entonces en su servidumbre devuelven esta historia poca interesante. Cuando deja de utilizarse y cuando cae en ruinas, entonces reaparece la maravilla de sus comienzos: es bueno verlo enlazado por follaje, de nuevo elevado en espíritu y liberado de servidumbre». Louis I. Kahn, «Architecture: Silence and light».

Las ruinas siempre han provocado una fascinación irracional sobre el hombre. Símbolos caídos, a veces, de la grandeza de civilizaciones desaparecidas, son lugares propicios al imaginario. ¿Quién de pequeño nunca ha soñado con explorar un castillo abandonado, construyéndose un mundo mental de aventuras?

Las ruinas, reencontradas por los arquitectos durante viajes iniciáticos, desempeñan un papel mayor, aún hoy, en la concepción del pensamiento moderno de la arquitectura. Le Corbusier viajó a Italia, y Kahn penetró en la esencia de la arquitectura observando las sombras de las pirámides. La arquitectura es una cosa mentale.

¿Qué se esconde tras la ruina?

 

Memorias venerandas de otros días,

soberbios monumentos,

del pasado esplendor reliquias frías,

donde el arte vertió sus fantasías,

donde el alma expresó sus pensamientos.

Al veros ¡ay! con rapidez que pasma

por la angustiada mente

que sueña con la gloria y se entusiasma

la bella historia de otra edad luciente.

¡Oh Quisqueya! Las ciencias agrupadas

te alzaron en sus hombros

del mundo a las atónitas miradas;

y hoy nos cuenta tus glorias olvidadas

la brisa que solloza en tus escombros.

(…) Que mientras sueño para ti una palma,

y al porvenir caminas,

no más se oprimirá de angustia el alma

cuando contemple en la callada calma

la majestad solemne de tus ruinas.

A través de estos fragmentos del poema Ruinas de Salomé Ureña de Henríquez, escrito en 1876, nos acercamos al significado y simbolismo de esos paramentos alzados de antiguas edificaciones, que constituyen el resto arqueológico más visible y perdurable. Son una casi inagotable fuente de información. Las ruinas.

¿Por qué es importante la Arqueología para un arquitecto?

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Restos arqueológicos abandonados a su suerte, irónicamente en uno de los patios del Museo Arqueológico de Estambul, Turquía. Foto © Miguel Busto

Hace poco me propusieron formar parte de the A.A.A.A magazine, escribiendo sobre arqueología, en una publicación de arquitectura. Dije que sí sin dudarlo.

Verme aquí rodeado y leído casi exclusivamente por arquitectos supone un nuevo reto, y me hace sentir como una especie de intruso, o mejor, como un antropólogo analizando los usos y las costumbres de una tribu distinta, tratando de transmitirles cuán importante es para él la disciplina a la que dedica su vida; compartir sus reflexiones, para que la Arquitectura llegue a amar y  respetar, tanto como él, a la Arqueología.

Tras horas frente a la pantalla, no dejo de darle vueltas a una pregunta. Trato de reflexionar desde la óptica de un arqueólogo, pero empatizando con las necesidades del arquitecto.  Trato de responder directamente a la pregunta: ¿por qué es importante la arqueología para un arquitecto?