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Experiencias de éxito en las escuelas de arquitectura / Intercambia

 

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Proyectos de Divulgación y Escritura’ impartido por Manuel Saga’. Imagen: Cartel base sobre diagramas de popchartlab.com

Es por todos sabido que los diferentes planes de estudios vigentes en nuestras ETSAs no satisfacen la complejidad de la enseñanza ‘en arquitectura’. Este proceso de aprendizaje y maduración donde los alumnos dedican el 200% de su tiempo a las asignaturas en sus vertientes teóricas y prácticas, viene usualmente aderezado por otras actividades, en las que los alumnos participan con un gran esfuerzo: asistencia a congresos, seminarios, workshops, talleres, viajes, y un largo etcétera.

Pero, ¿qué ocurre cuando alguna de esas actividades ‘extras’ acaba suponiendo un hito u oportunidad más que remarcable dentro del aprendizaje de los alumnos? Ocurre, que estamos asistiendo a una práctica de éxito.

Cuestión de experimentación

Intervención en Ritoque. © Ana Asensio

Intervención en Ritoque. © Ana AsensioHay ideas que rondan de forma obsesiva. Te enamoras de ellas, las buscas, las haces platónicas y provocas encuentros fortuitos. Ideas que con el paso de los años y la suma de experiencias acaban conectándose, haciéndose reales, tomando forma, y adquiriendo sentido.

Aprender haciendo“, ¿tan loco era lo que quería? En la escuela de arquitectura a la que pertenezco lo era, con una visión muy limitada de la praxis. Sin apenas visitar obras, sin tocar los materiales, dividiendo las asignaturas en“teoría” y “práctica” donde la segunda era una extensión de la primera casi sin salir del papel. Y, sobre todo, sin el derecho al error, siempre penalizado. Mi “idea loca” era que esas equivocaciones hacen construir realidades más fuertes y proyectar soluciones a problemas tangibles y constatados. Reinventarse. Transformar. Adaptarse. Salirse.La educación en arquitectura es una cuestión de experimentación.

El Mundo Becario

Compartimos en AAAA nuestro texto escrito para la Fundación Arquia. Accede a la publicación original aquí:

Traigo un tema peliagudo. Se han escrito ríos de tinta sobre los becarios, practicantes, estudiantes con pasantías, etc. El caso es que, lejos de cambiar la situación, cada vez las maneras de maquillarlo son más originales, y afectan tanto a alumnos como a titulados.

Ha habido por ejemplo mucha polémica por los emails filtrados de megafirmas de arquitectura (como Sanaa) que, viralizados, han levantado ampollas además de causar algún derramamiento de bilis en las RRSS. Pero por favor, no nos engañemos: el más pequeño e indefenso estudio de arquitectura utiliza el recurso ‘becario’.

Somos muchos, sí

Compartimos en AAAA el texto escrito para la Fundación Arquia. Accede a la publicación original aquí:

Somos muchos, sí.

Sólo en España hay (censados) 47.098 arquitectos. A ellos hay que sumarle a todos los que se han formado en nuestra tierra y ahora exploran tierras desconocidas. Haciendo números gordos, podemos resumir en que somos más de 50.000 arquitectos españoles. Esta cifra, vista desde una óptica positiva y no alarmista, puede tener lecturas interesantes, casi revolucionarias.

Cuando una profesión alcanza unos números tales debe saber dos cosas: que tiene que estar muy bien organizada, y que suyas son las decisiones sobre la profesión. ¿Se organizan bien los arquitectos en España? Y, mirando más allá de nuestras pequeñas fronteras… ¿hay una organización internacional eficaz, práctica y oficial?

Retomemos esta reflexión por donde comenzó: las cifras. Hablamos siempre de arquitectos; los que ejercen, los que no, y los que están por ejercer (estudiantes). A estos últimos se les mira desde la posterioridad, “en el futuro serán arquitectos”. Pero somos arquitectos desde que ponemos el primer pie en la escuela. Somos arquitectos sin todos los conocimientos, capacidades y competencias para ejercer. Pero igual de creativos, de activos, de propositivos. De hecho, ocupamos todos esos intersticios que deja la falta de “título habilitante”.