¿Por qué es importante la Arqueología para un arquitecto?
Hace poco me propusieron formar parte de the A.A.A.A magazine, escribiendo sobre arqueología, en una publicación de arquitectura. Dije que sí sin dudarlo.
Verme aquí rodeado y leído casi exclusivamente por arquitectos supone un nuevo reto, y me hace sentir como una especie de intruso, o mejor, como un antropólogo analizando los usos y las costumbres de una tribu distinta, tratando de transmitirles cuán importante es para él la disciplina a la que dedica su vida; compartir sus reflexiones, para que la Arquitectura llegue a amar y respetar, tanto como él, a la Arqueología.
Tras horas frente a la pantalla, no dejo de darle vueltas a una pregunta. Trato de reflexionar desde la óptica de un arqueólogo, pero empatizando con las necesidades del arquitecto. Trato de responder directamente a la pregunta: ¿por qué es importante la arqueología para un arquitecto?
La arqueología trata de estudiar, comprender y preservar los restos de un pasado que puede ser muy remoto o distar “tan solo” unos cientos de años del momento actual. La arqueología no busca sorprender o exhibirse, sino informar y formar.
Dentro de esos restos, el arqueólogo se encuentra con antiguas construcciones y con edificaciones de muy diversa índole. En el mejor de los casos éstas pueden alzarse varios metros, en otros, tan solo unas pocos hiladas. Muchas veces, solo existe el negativo de los cimientos de antiguas construcciones en la tierra o en la roca.
Esos restos, ese patrimonio cultural inmueble, son fruto de la antigua obra de un arquitecto sin nombre. Para el arquitecto “del hoy”, conservar y conocer la obra de uno de sus colegas es uno de los grandes retos que puede encontrar en su profesión.
No se puede dejar solo al arqueólogo en su tarea de preservación y estudio de los restos del pasado, sino que ha de apoyarse y contar con la ayuda y la comprensión de otros profesionales. Cuando lo que ha de estudiar, comprender y conservar son vestigios arquitectónicos, éstos profesionales son sin duda alguna los arquitectos.
La arqueología es una fuente de conocimiento cuyos restos los encontramos en el “ahora”, a pie de obra, en contacto con nosotros y al alcance de la mano. La arqueología, no se puede obviar.
Cuando en un solar hallamos restos arqueológicos, no nos hemos encontrado con un problema, sino con una posibilidad. El trabajo del arqueólogo será entonces documentar y estudiar los restos, así como debatir con el arquitecto la necesidad o no de conservarlos. En algunas ocasiones, el hallazgo se integrará en la nueva edificación, haciendo una suerte de convivencia entre la construcción pasada y la presente,una simbiosis entre dos arquitectos, dos culturas y dos tiempos.
Los restos arqueológicos suponen así una oportunidad para que el arquitecto pueda entremezclar su rol con la responsabilidad histórica y ambiental, y su importancia para la sociedad actual. Una oportunidad para poner en práctica sus conocimientos y creatividad responsable, conectando de manera directa con otras épocas. Realizar así una obra que nos permita conservar parte de nuestra historia pasada, para la memoria futura.
Quizá ese vestigio arqueológico encontrado en un pequeño solar perdido o en el centro de una aglomerada urbe, nos otorgue la única posibilidad de relacionar el presente con el pasado más remoto; de reconstruir la fauna y flora ya extinguida y, a través de ella, los climas y ambientes del pasado. La última ocasión de revivir una historia aún por escribir. Una oportunidad para que una construcción sea pasado, presente y futuro al mismo tiempo.
La arqueología tiene el poder de comunicar el pasado. Es un rol activo, un medio integrador y formador del individuo y de su conocimiento cultural. La interpretación que se hace de ese pasado a través de los restos arqueológicos está íntimamente conectada con el momento actual. Estos conceptos se acabarán transmitiendo e influirán en las futuras interpretaciones.
En este contexto, es el arquitecto el que tiene la gran responsabilidad de la decisión: dependerá de él que la historia quede dentro o fuera de la construcción actual, que la Arquitectura sea la gran aportación a la Arqueología, o no.
A través de un diálogo y debate continuo entre ambas disciplinas, podría avanzarse en el conocimiento del pasado y adaptación de arquitecturas olvidadas a los tiempos actuales.
Desgraciadamente, asistimos en demasiadas ocasiones a un rechazo y desprecio al pasado; a ver cómo la arquitectura da la espalda a todos estos vestigios, obsesionada con la plena contemporaneidad.
El afecto hacia nuestro pasado, no se aprende sólo en los libros o en los museos, puede venir de nuestras precepciones sensoriales, de lo que nos han contado nuestros padres o abuelos, de los olores, de los paisajes, de los objetos y también de los edificios que nos hemos acostumbrado a ver.
La destrucción de nuestro patrimonio inmueble, sólo perjudica a ambas, arqueología y arquitectura (entre otras disciplinas), hasta hacernos más débiles como sociedad.
Decía el poeta y ensayista mexicano Octavio Paz acerca de la arquitectura: “La arquitectura es el testigo menos sobornable de la historia”. Con esta reflexión, ¿cuál es el efecto de la arquitectura sobre la arqueología? Seguro que ese efecto puede derivar a afecto, sin silenciar la voz de la historia que grita a través de sus restos.
Texto: Miguel Busto / Fotografía: Miguel Busto / Escrito originalmente para The A.A.A.A Magazine / Cita: Miguel Busto, “¿Por qué es importante la Arqueología para un arquitecto?” / Fecha 14 mar 2014