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Acciones visibles / Amor y arquitectura vol.3

[…] No me estoy refiriendo al amor entre dos personas, a besarse, dormir juntos y contraer matrimonio. Hablo del amor que se ha convertido en el único sentimiento que rige una vida. […] – Simplicissimus-Kalender, 1907 | Hermann Hesse –

De un modo general podemos entender como buena arquitectura aquella que sabe escuchar y dar respuesta de un modo adecuado y proporcionado a los distintos elementos que acotan nuestro plano de actuación [social, político, económico, urbano, físico y material] y que además nos emociona por la coherencia entre las múltiples relaciones que el propio proyecto establece.

Actualmente vivimos enredados y conectados de un modo completamente nuevo, aunque sorprendentemente estas redes y vínculos parecen estar limitados al espacio virtual, no produciéndose por desgracia una traducción física de esta actividad, a excepción de puntuales congresos, ferias y eventos de algún tipo. Cabría entonces esperar que la arquitectura de nuestro tiempo supiese alimentarse de esta capacidad que nos brindan las tecnologías para estar interconectados y definir sentimientos en torno a aspectos vertebrales de nuestra vida.

Patio central a pleno rendimiento. Material cedido por la Invisible
Patio central a pleno rendimiento. Material cedido por la Invisible

La música, la literatura, la pintura, la danza, el teatro, la filosofía; en esencia la cultura es a menudo vista por muchos como algo relacionado con el ocio. Sin embargo es todo aquello que respiramos y que nos llena de reflexiones que nos permiten pensar, sentir, comunicarnos y amar un poquito más la vida.

Cuando todas estas acciones visibles confluyen de un modo libre y natural en un mismo espacio tangible no puedes más que abrir mucho los ojos, estar atento y tratar de aportar tu granito de arena.

Entorno a la idea de llenar de vida y actividad un hermoso edificio abandonado situado en el noreste del núcleo histórico de Málaga, surge en 2007 La Casa Invisible, un Centro Social y Cultural de Gestión Ciudadana que apuesta por la cultura libre, la auto-organización en pos de la justicia social, la formación y la participación directa de vecinos y ciudadanos en el diseño, elaboración y gestión de políticas públicas.

el espacio | cuidados intensivos

Nosotros hacemos la casa y la casa nos hace a nosotros.

Bajo este proverbio griego arranca toda la humilde y cuidadosa intervención que plantean de manera conjunta ciudadanos, vecinos y arquitectos. Se recupera un antiguo palacio construido en 1876 que se compone de dos partes esencialmente y que están separadas por un gran patio, que constituye un importante núcleo de actividades.

Enrique España me muestra apasionado una serie de plantas del edificio que se van reeditando constantemente y cristalizan aspectos que van desde lo meramente técnico a lo específico de una actividad concreta de las muchas que allí se llevan a cabo. Tras cada pequeña gran decisión del plan director para la Casa Invisible en la que trabajan diariamente, hay implícita una apuesta por operaciones mínimas de adecuación y reacomodamiento del uso al edificio, sin apenas alterar la morfología del mismo y rescatando valores que han quedado ocultos tras dispares operaciones de transformación llevadas a cabo en el pasado.

Actuaciones de consolidación. Material cedido por la Invisible
Actuaciones de consolidación. Material cedido por la Invisible

Basta un breve paseo a través de La Invisible para darnos cuenta de que nos encontramos ante un lugar realmente singular, donde cada sala es un proyecto en sí mismo. El cuido con el que se han inventariado cada una de las piezas del pavimento y cada pequeño rincón y acontecimiento, dan buena idea de que quienes participan en esta hermosa recuperación han tenido la sensibilidad de captar diversos matices, considerarlos e incorporarlos en las distintas estrategias de intervención, que se definen poco a poco y consensuan entre los distintos colectivos que se dan encuentro en este espacio.

Rescatar un edificio al modo que se plantea en La Invisible se convierte en poco menos que una hazaña urbana y arquitectónica, ya que cualquiera que conozca el casco histórico de Málaga, conocerá también la aséptica y estandarizada «reforma de vaciado» que tiene por objeto la conservación de las estéticas, ordenadas y preciosas fachadas de sus edificios históricos y el vaciado del contenido del mismo mediante la eliminación de cualquier incómoda e irrelevante organización espacial, primando la apariencia y relegando la arquitectura y la morfología de la ciudad a un segundo plano. Es especialmente llamativo cómo se reflejan aspectos políticos y sociales en actuaciones tan concretas como la intervención en nuestro patrimonio, pero esa historia da para mucho más, y nos cabrearía a todos demasiado.

Sección transversal. Material cedido por la Invisible
Sección transversal. Material cedido por la Invisible

sostenibilidad | estrategia y alegría

La componente social del proyecto no culmina con la participación de los colectivos implicados en las decisiones proyectuales, sino que va más allá y se convierte en un aspecto fundamental para el desarrollo de las propuestas planteadas.

A través de un programa formativo de profesionales en patrimonio edificado y en bioconstrucción, con un profundo interés en la recuperación de las artes y oficios, se imparten una serie de cursos de formación que transforman la rehabilitación de la Casa Invisible en el objeto principal de este aprendizaje colectivo.

Estas estrategias vuelven a poner el acento en el concepto amplio de sostenibilidad que entiendo hemos de manejar arquitectos en este preciso momento. Que a través de las propuestas inclusivas de intervención seamos capaces de crear plataformas colaborativas de aprendizaje y especialización profesional, se vuelve un hecho necesario para acercarnos a todos (a cada uno en su ámbito específico y aportando lo que puede y sabe), y hacernos reflexionar sobre aspectos que van más allá de actuaciones concretas y que hablan de nuestra identidad, nuestra cohesión como sociedad y del futuro que sí podemos construir entre todos.

La transparencia y sencillez de los procesos para acometer la adaptación de la invisible, la participación de los ciudadanos en dicha transformación y la devolución a estos de un espacio físico de encuentro para la cultura libre, se convierte en una genial lección que me hace sentir especialmente orgulloso de mis compañeros de oficio y vecinos.

Texto: Manuel Ramos / Edición: Ana Asensio / Publicación original 17/09/2015 en AAAA magazine

Manuel Ramos