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Art & Architecture: Decay / Matthias Haker

© Matthias Haker

These walls speak. People lived here. They cried and laughed here. And, there were feasts, balls, kisses, nightmares and sorrow there. Great stories and small, everyday moments buried under the weight of extinction, under the shadows of decay.

A sort of apocalyptic scent dances with the fallen leaves that gather into piles against the walls and between the winding staircases. Something both scary and attractive drives you towards a scenery in twilight, into the architecture’s agony.

But these are not ruins. Not just a bunch of stones proudly displayed in the middle of a square, surrounded by a mob of tourists, cameras in hand. Their erosion is not covered by the make-up of restorations, like an old lady still trying to be young, running from the inexorable passage of time.

These buildings aren’t dressed in vanity, but hide their secrets in shadows. But there is beauty to be found in their abandonment, an intimate beauty revealed by the German photographer Matthias Haker, who fights for the preservation of their slow-paced decay, capturing it in his photography and keeping the location of such architectural Venuses a secret.

Arte y Arquitectura: Decay / Matthias Haker

© Matthias Haker

Estas paredes hablan. Aquí vivió gente. Aquí rió, o lloró. Ahí hubo banquetes, bailes, besos, pesadillas y tristeza. Aquí hubo grandes historias y pequeños momentos, ahora cubiertos bajo el peso de la extinción, bajo las sombras de la decadencia.

Algo apocalíptico danza entre las hojas secas que se acumulan en la intersección de estos muros, en las sinuosas curvas de estas escaleras. Algo que asusta, y que al mismo tiempo, te atrae hacia su interior, hacia el escenario de un ocaso, hacia la agonía de la arquitectura.

No es una ruina. Nunca será ese cúmulo de piedras que lucen orgullosas en alguna plaza, rodeadas de turistas armados con sus cámaras. Desmoronamiento maquillado por las restauraciones, como cuando una anciana trata de mantenerse joven luchando contra el inexorable paso del tiempo.

Estos edificios no se visten de vanidad, sino que ocultan sus secretos entre las sombras. Pero en ese desamparo se esconde también una belleza intimista, descubierta por el fotógrafo alemán Matthias Haker, que tratará por encima de todo de perpetuar esa lenta decadencia, no sólo en la película fotográfica, sino manteniendo en silencio dónde yacen hasta su destrucción estas venus arquitectónicas.