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La Biblioteca olvidada

¿Nunca os ha pasado que vais a un edificio y no descubrís lo que realmente es hasta que salís de él? A veces es como tener la sensación continua de que ahí hay algo que no es definible con palabras, otras veces esa sensación no se manifiesta hasta pasado un tiempo, algo activa un resorte que te hace comprender de golpe donde has estado y por efecto mecánico tu boca expulsa exclamaciones diversas y algún que otro improperio.

Desde luego no fueron pocas las exclamaciones que solté cuando echándole un ojo por encima a un libro de obras de Miguel Fisac en la biblioteca de la escuela leí: “Casa de la Cultura, Jardines del Prado, Ciudad Real (1957)”. Junto a esta referencia aparecían un plano de una planta organicista, casi propia de Aalto con jardines y una espectacular escalera de caracol en un espacio completamente diáfano. A esta imagen le acompañaba una foto del alzado donde se podía ver un edificio totalmente racionalista, con una gigantesca jardinera en la entrada.