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Arte y arquitectura: the 100 day project / Estudio Extramuros

La producción artística… parece siempre ligada a momentos de inspiración, de expresión sin filtros donde las ideas fluyen. Pensando en el arte y los artistas, podemos no sin prejuicios imaginar ese proceso de expresión como algo muy ligado a emociones o a explorar un concepto que obsesiona. Rara vez pensaremos en un proceso organizado y metódico, donde la fuente de toda creación es precisamente una decisión inamovible, una idea extremadamente acotada en el tiempo y el espacio. El proyecto que presentamos hoy es uno de esos segundos casos: the 100 day project del Estudio Extramuros, o cómo hacer una ilustración diaria durante 100 días sin morir en el intento (y disfrutándolo y todo).

«En marzo o abril de 2015 leímos en The Great Discontent que la revista organizaba junto a Elle Luna, una artista estadounidense, el 100 Day Project a nivel global. Todo se realizaba vía Instagram, empezando el 6 de abril y acabando el 14 de julio. Vimos que era un proyecto factible y que era la mejor manera de empezar a ilustrar que teníamos. Empezamos ilustrando arquitectura sin pretensión alguna, si nos servía para mejorar flujos de trabajo en Illustrator y Photoshop, mejor que mejor, pero no había presión. Nuestra regla particular fue no dedicarle a cada una más de 45-60 minutos; esto nos obligaba a concentrarnos en un espacio corto de tiempo en una tarea y a acabarla, y nos aseguraba que no estaríamos ilustrando durante 10 horas al día sin hacer nada más».

Así, los integrantes del Estudio Extramuros, Carlos León (Málaga 1986) y Fabiola Muñoz (Sevilla, 1988), dos almas inquietas pero perfectamente organizadas y constantes, han estado desde entonces compaginando la ilustración con el resto de actividad propia del arquitecto post-escuela-de-arquitectura: concursos, encargos, colaboraciones en otros proyectos, etc.

Lo curioso y llamativo en este proyecto es cómo desde una acotación casi general (número total de obras que compone el proyecto, tiempo de dedicación a cada una de ellas, calendario, formato, vía de difusión) puede surgir un trabajo con la riqueza y expresividad que ellos han logrado.  Y es que bloqueando movimientos se potencian otros, vetando caminos se incentivan recorridos inesperados y, en este caso, fijando unos condicionantes, se abre todo un despliegue interpretativo de la arquitectura y sus artífices.

Una vez leí que los adultos, en general, a diferencia de los niños, dejamos de dibujar en el momento que empezamos a tener expectativas sobre el objeto, a autoimponernos que tiene que ser bello, o explorar una idea original, o ayudarnos a explorarnos a nosotros mismos. Quizás a veces hay simplemente que lanzarse sin esperar ningún resultado, como un ejercicio plástico, como un experimento. Porque cuando no esperas resultados, no estableces cárceles creativas, y ese suele ser el mayor de los límites.

«Haciendo recapitulación, tenemos 100 proyectos ilustrados. No todo son obras maestras, pero si hubiésemos esperado un rayo de inspiración para sentarnos a ilustrar, jamás habríamos llegado a tener 40 ilustraciones buenas. Ni 10. Pero también tenemos 100 razones o historias personales que los acompañan, y que dicen mucho de nosotros como arquitectos y de nuestra forma de entender la arquitectura».

Scarpa

Ana Asensio (AA): En vuestras ilustraciones mostráis un cromatismo suave, diseños con colores flat, texturizados y ligeros degradados, jugando con claroscuros de luces y sombras. De alguna manera, es una traducción de la escenografía de la arquitectura a las dos dimensiones del papel. Imagino vuestros dibujos como stage de cine o teatro, como fondo de escena. Me gustaría saber qué relación establecéis vosotros entre vuestras arquitecturas-musa, y sus ilustraciones.

Estudio Extramuros (EE): Depende mucho de cada ilustración. A veces proyecto e ilustración son muy similares, nos concentramos en lo que nos gusta, en un detalle o en algo que nos parezca significativo. No tenemos la presión de representar la realidad o de dar una idea general del proyecto, así que nos permitimos ciertas licencias. Otras veces la arquitectura nos sirve para juntar otras ideas, referencias o intereses, y la relación es menos directa.

Es cierto también, que en algunas ilustraciones no solo hemos tenido en cuenta las sensaciones que nos transmitía la arquitectura, sino que también hemos cogido otras referencias (como pueda ser un videojuego por ejemplo), por lo que esa sensación de stage o escenario puede verse con más claridad.

Ricardo-Bofill

AA: Ilustráis en formato cuadrado, porque el proyecto se pensó en sus inicios para instagram. Es curioso cómo una red social, una app, puede condicionar un proyecto creativo, pero acotarlo y darle unidad gráfica. El formato cuadrado es parte de vuestro proyecto de ilustración, que de la red social ha pasado a papel y a las paredes de las salas expositivas. Este formato delimitador del marco de instagram (el marco real del cuadro en papel) os compone también una metacomposición, un cuadrado dentro del cuadrado que estructura vuestras ilustraciones y os permite «desbordar» esos límites internos. ¿Ha sido para vosotros el fijar un condicionante, estrategia y unidad en el proyecto creativo?

EE: La verdad es que, más que una estrategia, ha sido una obligación…¡y bendita obligación!. Las arquitecturas que han aparecido ilustradas suelen ser de mucha complejidad o escala, por lo que posiblemente nos hubiera costado mucho más trabajo acotar el formato, por eso creemos que ayudó que no pudiéramos trabajar con otra proporción diferente al 1:1 hasta el final del reto y que tuviésemos que aprovechar esa área al máximo.

Prouve

Sin embargo, hubo ilustraciones que desde un principio no fueron dibujadas con esos límites, y eso nos ayudó después a que algunos proyectos desbordaran el marco y se perdieran en el espacio que nos permitía el nuevo tamaño. Tenemos que decir que el tamaño final de las ilustraciones responde también a una cuestión de logística, teníamos que adaptarnos a las dimensiones de los marcos que existen en el mercado y de ahí el cambio.

Después de todo comprobamos felizmente que estas modificaciones o alteraciones no han perjudicado al proyecto original, al contrario, le han aportado complejidad (lo que has comentado de la metacomposición es el mejor ejemplo) y unidad.

Chipperfield

AA: Viendo vuestro trabajo recuerdo las planimetrías de Marco Casagrande, completamente expresivas y atrevidas, fenomenológicas e ilusionarias, representando elementos intangibles como el calor o el humo con grandes trazos rojos. ¿Creéis que la representación profesional de la arquitectura debe dejar de ser pura herramienta de visualización y representación para dar un paso más a la exploración de las posibilidades artísticas?

EE: Sí y no. Por una parte sí, porque por ejemplo en los planos de Casagrande hay un lenguaje muy depurado y ciertos guiños. Cuando ves el humo sabes o intuyes que el edificio está habitado, y es un elemento muy simple pero muy poderoso; aunque a eso ayuda que Casagrande tenga un lenguaje propio y casi personal, es reconocible. Sí al lenguaje personal y a tener una forma de representación que case con tu arquitectura. Por el lado del no: legibilidad; si un plano no se lee, no se comprende, ¿sirve para algo más que ser publicado en una revista o para ser pineado en Pinterest?

Tschumi

El tema de la representación es bastante complejo per se, personalmente consideramos que hay que saber distinguir el momento, en algunas ocasiones una planimetría tiene que ser eficaz y, en otras ocasiones, permitirse ciertas licencias beneficia a otros conceptos, tales como la humanidad de las arquitecturas o de los propios técnicos implicados.

AA: ¿Y la representación de arquitectura para los no arquitectos, los que no saben leer un plano, o los que creen literalmente un render? ¿Puede la ilustración y la expresión artística de un proyecto ayudar a la comunicación y comprensión de la arquitectura con un público general?

EE: En esto no solo teníamos una opinión formada sino que además lo hemos visto demostrado dia a día desde que decidimos enseñarles a todo el mundo el reto. La respuesta es un contundente sí, ha sido muy grato comprobar cómo los proyectos que hemos ilustrado han sido capaces de llegar a transmitir sensaciones a muchos que no habían tenido un contacto directo con la arquitectura, todo ello gracias a la ilustración.

De hecho hemos llegado a mantener largas conversaciones gracias a esto: alguien se interesa por una ilustración y comienza a preguntar que dónde está, de quién es y por qué se hizo así… es en esta parte cuando nos sentimos especialmente orgullosos de nuestro trabajo, ya que era algo que habíamos pretendido de cara a la ilustración, que funcionase como un canal que permitiera un acercamiento más directo y sencillo de la arquitectura a cualquier persona que se acercara, ¡y suponemos que lo conseguimos!

Fujimori

Es genial descubrir a tu madre, que muchas veces pone caras raras cuando le hablas de una u otra idea de arquitectura, contándote que ha visto un video (en japonés) porque le ha gustado mucho la ilustración del Takasugi-an de Terunobu Fujimori.

Deberíamos matizar que no es algo que hayamos inventado nosotros, vemos trabajos muy parecidos en aquellos procesos donde no solo está presente la figura del técnico. Por ejemplo, en los diseños urbanos de abierta participación ciudadana, donde los esquemas y planos se apoyan en dibujos e ilustraciones para la recogida de datos e información.

Flores-&-Prats

AA: ¿Qué es para vosotros la ilustración de arquitectura?

EE: A veces, es muy parecido a abrirse en canal y enseñarle las tripas a todo el que quiera verlas. La ilustración te permite decir «este soy yo, y estas son las cosas que me interesan» y plasmarlas. No tienes que dar explicaciones de por qué has mezclado unas referencias con otras, porque probablemente no lo sepas. Se han mezclado en tu cabeza durante años y luego las has ilustrado. Es una forma de aglutinar todas tus inquietudes, todas las cosas que te interesan y que no tienen que ver con la arquitectura. Es…representar subjetivamente.

AA: Habláis de que sentaros a dibujar en vuestros ordenadores proyectos conocidos, re-conocidos, incluso desconocidos, os ha servido para recordar vuestros referentes en la arquitectura, o encontrar otros nuevos. ¿Tenéis del mismo modo referentes en ilustración, o vuestro lenguaje es 100% vuestra expresión artística?

Utzon

EE: Tenemos referencias hasta para freír un huevo. Nuestras referencias en ilustración van más hacia lo vectorial: diseñadores como Malika Favre o Hey Studio, el videojuego Monument Valley, o movimientos como el constructivismo, o el Memphis Group, que en esencia, tienen mucho que ver con el uso de formas geométricas simples.

Pero eso difiere mucho de cómo se aborda una ilustración: nuestra consigna era «todo vale». Por eso hay ilustraciones más realistas, o más abstractas o que tiran más hacia el surrealismo. Podemos citar a Piranesi, a Magritte, a Bob Wilson, a todo el movimiento Ukiyo-e, y nos estaremos quedando cortos. No todo es visible, pero sí hay un poso de todas estas cosas en nosotros.

El vector es nuestra forma de representar. También por eso nos inventamos las Notas del Ilustrador, unos textos cortos que acompañan a las ilustraciones y donde explicamos qué está viendo esa persona, y de donde viene esa ilustración, porque a veces no es tan evidente, o te apetece contar algo más de lo que se está viendo.

Saenz-de-Oiza

AA: Si un edificio puede ser una ilustración ¿Cómo imagináis el proceso inverso, edificar desde la ilustración, como hizo por ejemplo Hundertwasser?

EE: ¿Con cuidadito? Es muy posible construir desde la ilustración, pero tienes que saber dónde empieza lo real y acaba lo imaginario. Hundertwasser tenía un discurso muy potente detrás, y su arquitectura es como uno de sus cuadros. A veces no sabes dónde acaba el cuadro y empieza la arquitectura, y eso puede ser peligroso, o ser absolutamente inhabitable.

Tenemos algunas referencias de arquitectos donde sus dibujos son parte vital de los proyectos. El caso más claro (y lamentablemente más actual) lo forma los dibujos de Zaha Hadid. Tenemos que aclarar que para nosotros ha sido un gran referente, aunque valoramos más su aportación gráfica y visual a la arquitectura que sus proyectos construidos, con los que no nos sentimos identificados.

Kengo-Kuma

Tenemos una forma diferente de entender la arquitectura. Una vez vimos una entrevista en la que se debatía de la función del arquitecto y María González, del estudio Sol89 en Sevilla, dijo algo con lo que nos sentimos completamente en sintonía, más o menos era así: aunque determinadas arquitecturas trasciendan su función y se conviertan en obras de arte, estos arquitectos no se consideraban artistas.

Creemos que los arquitectos tienen que resolver problemas, algunos físicos y tangibles y otros, abstractos y subjetivos. Una arquitectura será mejor cuanto mejor solucione todos estos problemas… por eso pensamos que un proyecto puede ser ilustrado, pero una ilustración necesita otros condicionantes para ser una buena arquitectura.

Jimenez-Torrecillas

Texto: Enntrevista de Ana Asensio a Carlos León y Fabiola Muñoz / Imágenes: Estudio Extramuros / Entrevista realizada en exclusiva para AAAA magazine / Fecha: 12 abr de 2016

Ana Asensio Rodríguez

Ana Asensio (Almería,1986). Arquitecta formada entre Granada, Venecia, Londres, Santiago de Chile y Madrid. Especializada en memoria y arquitectura popular (Beca Iniciación a la Investigación, UGR, 2015), y Habitabilidad Básica para Asentamientos Humanos Precarios (Postgrado UPM, 2017), desarrolla su actividad a través de la investigación, el documentalismo, la acción cultural y la práctica arquitectónica, especialmente centrada en los cruces de caminos entre el conocimiento popular, la cultura contemporánea, los derechos humanos y el hábitat rural. Su trayectoria profesional está íntimamente ligada a los contextos africano y latinoamericano.