Saltos y concertinas. El problema de Ceuta y Melilla es de nuevo actualidad, ésta vez en forma de debate acerca de la adecuación de la implantación de concertinas o de los saltos masivos, oleadas y muertes de inmigrantes que se han producido. Esto nos hace encontrarnos de cara a un problema cíclico de difícil solución.

En esta tesitura se cruza una semana de trabajo que dirige Diébédo Francis Kéré (arquitecto original de Gando – Burkina Faso) en la que se diseña un centro para mujeres en su ciudad natal y se intercambian reflexiones, inquietudes, opiniones y formas de pensar y hacer la arquitectura. Y, sorpresa, aparece el origen de la fuerza que empuja el salto.

La arquitectura es útil.

Intercambiando impresiones con Kéré, el problema de la sociedad africana es que intenta copiar lo que ve de occidente. Observando televisión o prensa se le sugiere que Europa es mejor y que África es simplemente primitiva. Las élites importan los modelos de vida del “mundo desarrollado” y las clases más bajas se ven obligadas a salir a perseguirlo. El salto empieza cientos de kilómetros atrás.

La gran convicción de este arquitecto africano es que la manera de transformar ese mundo se produce a través del conocimiento, a través de la educación. Por eso fundó hace más de 10 años la asociación “Schulbausteine für Gando”, para buscar financiación para construir escuelas en su ciudad natal. Actualmente, con la escuela, la ampliación y la biblioteca construida, persigue el siguiente proyecto de la construcción de un instituto. En su trabajo se cree firmemente que se puede usar la arquitectura para mejorar la sociedad, y así busca trabajar con materiales, sistemas y sociedad local para llevar a buen puerto sus proyectos.

Conocer los agentes de su comunidad local, así como gestionar sus habilidades hace que se haya desarrollado un sistema en el que el centro es la producción de una obra arquitectónica. La comunidad local es la verdadera constructora de sus edificios. Desde procesos de industrialización básica para la autoproducción de ladrillos hasta desarrollo de sistemas constructivos en cimientos, muros, forjados y cubriciones.

De esta manera, ha incorporado los cimientos en piedra y hormigón y los edificios sobre plataformas para conseguir protección contra el agua; el oficio del ladrillo y sus aparejos para construir muros, bóvedas, dinteles y forjados; e incluso estructuras básicas de hormigón y acero para facilitar la doble ventilación como en la escuela de primaria en Gando.

Junto a estas innovaciones, ha asimilado la tradición en la manera de realizar suelos percutiendo arena hasta conseguir una superficie lisa o incorporando la artesanía de cerámica en forjados y muros, como en la biblioteca para la escuela en Gando.

Francis gestiona el entusiasmo y la fuerza de la comunidad para implicarla en el proceso de construcción. Con esto se consigue que primero, la comunidad aprenda a construir con sus propios medios y segundo, se genera un sentimiento de pertenencia a las nuevas arquitecturas durante el proceso de construcción. Y no es un secreto que ese sentimiento es lo mejor que le puede pasar a un edificio.

La realidad de los miles de inmigrantes en destino significa una sociedad modificada en origen, donde la mayoría de la población son mujeres que han tenido que cambiar sus roles en la sociedad, convirtiéndose ellas en el pilar de las familias y elemento vertebrador de las comunidades locales. Por eso son parte fundamental en los procesos de construcción para Kéré.

A este trabajo con la comunidad se une una continua investigación con los materiales locales, limitados y atacados por los condicionantes climáticos. Se avanza así en sistemas pasivos de ventilación y de protección contra el sol, contra el agua de lluvia y filtrada, contra termitas, etc. Esa innovación poco a poco se va introduciendo en su obra, como los muros autoportantes de arcilla encofrados para el proyecto de escuela secundaria, ganador del último premio Global Holcim Awards a nivel internacional.

Ladrillos o vallas.

Una de las reflexiones que deja este arquitecto entusiasta y lleno de fuerza es que posiblemente su trabajo local, sin apenas recursos, ayuda más a las sociedades a valorar sus fortalezas y a favorecer la cohesión, elementos que son inversamente proporcionales al “sueño Europa”.

Quizás la inversión en vigilancia de fronteras orientada a parar y devolver, tendría más sentido en origen orientado a construir sociedades locales. Puede que lo más interesante es que la arquitectura se convierte más que en un fin en sí misma, en un medio para solucionar los problemas de la gente. Y esto vuelve a la arquitectura útil. Y hermosa.

Notas: La semilla de este artículo surge en el pasado Workshop “the architect is present”, organizado por el museo ICO y comisariado por Luis Fernández-Galiano, en la que un grupo de estudiantes de arquitectura pudimos trabajar una semana con el arquitecto de Burkina Faso Diébédo Francis Kéré diseñando un centro para mujeres en su ciudad natal, Gando y comandado por Rocío y Carmelo de PKMN architectures.

Texto: Antonio Jesús Jiménez / Fotografía:  www.kerearchitecture.com y www.holcimfoundation.org / Escrito originalmente para The A.A.A.A Magazine / Cita: Antonio Jesús Jiménez, “Arquitectura contra la inmigración / Una semana con Diébédo Francis Kéré.” / Fecha 24 abr 2014 / Links de interés: www.fuergando.de, www.kerearchitecture.com, www.fundacionico.es