Arquitecturas en papel / Sus rincones no parecı́an ángulos agudos, sino obtusos.
«Nunca había pensado en lo que era la muerte, ni tenı́a ésta para él imagen alguna. Mas ahora la sentı́a claramente, había percibido su entrada en la celda, en donde le buscaba para arrebatarle. Y huyendo de ella, comenzó a correr por la celda. Pero era tan pequeña que sus rincones no parecían ángulos agudos, sino obtusos, que le empujaban hacia el centro.