Arte y arquitectura: El discurso de Diógenes / Manuel Marchant
¿Podemos explorar la memoria desde la destrucción material? ¿Puede ese colapso reivindicar un presente diferente, ligado a un pasado que recordar?
Hace algún tiempo conocí en Chile el trabajo de Manuel Marchant, un arquitecto seducido por la magia de la memoria de lo construido (y de lo destruido), y las vidas superpuestas como estampas que los lugares albergan, o que con ellos desaparecen. Algunos años han pasado ya desde esa obra fotográfica («Fábricas, a escena del crimen») hasta el actual proyecto, pero la profundidad de sus imágenes pervive.
La fotografía y postproducción de Manuel son una acumulación y una catarsis, son creación a partir de lo que desaparece, y las lecturas que se pueden sacar de ello son una amalgama entre vidas y arquitectura, entre sociedad y economía, entre pasado y presente, ligadas por el lenguaje gráfico de dos únicas dimensiones, la fotografía, que obliga al tiempo y la elevación a frenarse durante un instante parado de reflexión.