La insostenibilidad de lo sostenible
Vivimos inmersos en una sobreexplotación por parte de los medios de noticias y artículos relacionados con el cambio climático, la disminución de los recursos naturales, la deforestación, o la contaminación de los mares.
Ya no hace falta seguir a grupos como Greenpeace o ver un documental del National Geographic para saber que actualmente necesitamos 1.5 Planetas Tierra si queremos mantener nuestro ritmo de vida diario y absorber a su vez los desechos restantes [1]. Ya no sorprende saber que el metabolismo de nuestro amigo el oso polar será incapaz de superar la velocidad actual de deshielo en los polos [2]. Todo esto lo tenemos ya “superado”.
¿Dónde está el fallo? ¿Por qué a estas alturas seguimos empeñados en desmembrar nociones tales como el desarrollo sostenible [3]?¿Tenemos realmente interiorizados esos conceptos, o sencillamente no nos conciernen lo suficiente?
Somos más conscientes que nunca de la situación en la que vivimos, de la insostenibilidad de los sistemas económicos, sociales y ambientales (que paradójicamente nos sostienen), y sin embargo todavía somos inconscientes de una realidad a medias asimilada que nos empeñamos en ignorar.
Sobrecoge pensar que conceptos como la sostenibilidad hayan sido tan deteriorados, desprestigiados y exentos de su propio significado, siendo éste en particular un concepto tan amplio y complejo que una única frase no podría consolidar todas sus acepciones. Pero sobrecoge más pensar que la ciudadanía haya llegado a creer todo tipo de mensajes “marketinizados” sin una mayor implicación o profundización en su contenido por su parte.
Estas cuestiones nos hacen reflexionar sobre la paulatina mitificación de la sostenibilidad de la última década. Un problema, que va más allá de protocolos internacionales, acuerdos empresariales o decisiones políticas, y que nos plantea la falta de una educación ciudadana al respecto. El resultado es una pérdida de sensibilidad, empatía y moral hacia temas que no sólo influyen a un colectivo particular sino a todos ellos al mismo tiempo.
No es cuestión de estar informados (que lo estamos), es cuestión de estar concienciados, ya que, como afirma el periodista y escritor Javier Gregori [4] especializado en temas de contenido científico y medioambiental, “la gran llave para frenar el cambio climático la tiene cada uno de los consumidores. Si todos actuáramos más en conciencia, dejáramos el coche en casa mucho más a menudo, compráramos coches eléctricos o nos desplazáramos mucho más con transportes públicos, y apostáramos por energías renovables en nuestros hogares, al ‘lobby’ no le quedaría más remedio que adaptarse a esa reacción ciudadana. Es una decisión personal y solo se empezará a parar el cambio climático si cada uno de nosotros, cada ciudadano consumidor actuamos en nuestra esfera.”
Quizás deberíamos cesar en la búsqueda de excusas fundamentadas, de empeños en mantener la insostenibilidad de lo “sostenible” y actuar de una vez. Ya no vale quedarse en lo superfluo, en la imagen idílica pero teorizada de acciones por implantar, repetidas mil veces en los medios. Eso sólo provoca una hipocresía que toca fondo con la “moda eco” o el “greenwashing”.
Un cambio es posible siempre y cuando haya alguien dispuesto a luchar por él. Y ya vamos tarde. Es hora de modificar nuestros hábitos, nuestros estilos de vida, de evolucionar los modos de ejercer nuestras profesiones, la manera de llevar a cabo la dirección de nuestras empresas, pero siempre de manera honesta y con el bien común como objetivo. Eduquémonos, formémonos, investiguemos y, luego, implementemos una sociedad a la cual le queda aún, sin duda alguna, mucho por evolucionar. El motor de cambio somos nosotros. ¿Me acompañas?
Texto y fotografía: Elena Corredor / Escrito originalmente para AAAA magazine / Fecha: 16 mar 2016 / Fuentes citadas: [1]Fuente: United States Green Building Council. [2] Fuente: ABC Ciencia. [3]“Práctica de la comunidad que integra a la sociedad con la economía y el medio ambiente con el objetivo de promover un desarrollo positivo que nos permita mantener e incrementar la calidad de ida de las generaciones venideras.”-Dr. Ramón Alberto Sánchez Piña, Assistant Director of the Sustainability and Environmental Management Program at Harvard ExtensionSchool. [4] Entrevista a Javier Gregori en eldiario.es.