Futuro perfecto / Amor y arquitectura vol.2
Algún día habremos de superar esto de la prima de riesgo, el inmovilista pretexto de la recesión o simplemente dejar atrás la desidia y apatía que, como la pátina adquirida por los viejos retratos de familia, parece cubrirlo todo actualmente. Y supongo que, en mayor o menor medida, habremos de reconciliarnos con conceptos que aún no hemos aprehendido para poder volver a amar.
Habremos de imaginar cómo será nuestro futuro, nuestra vida y el espacio donde ella se desarrollará; un futuro que presuponemos perfecto y que ineludiblemente estamos obligados a construir día tras día.
Vienen entonces a nuestra mente referencias visuales que nos han llegado a través del cine o la literatura. Nos inquietamos con facilidad al pensar que nuestra sociedad llegase a parecerse demasiado a la de Gattaca o a la de Blade Runner y reparamos rápidamente en el carácter moralizante de estas historias, desviando así nuestra atención hacia pensamientos algo más positivos. Una vez calmados un poco, empezamos a reflexionar sobre aspectos morfológicos y arquitectónicos; no sin antes dirigir una breve pero intensa mirada al pasado.
futuro imperfecto | antiguos planteamientos
Tratas de recordar algo de lo que te contaron en la escuela, recuerdas con cariño al Corbu con su Ville Radieuse, o a al bueno de Howard y su Ciudad Jardín. Ellos, al igual que tú ahora, ya pensaron sobre el asunto y plasmaron sus conclusiones enérgicamente en las publicaciones del momento.
Rara vez es posible encontrar ejemplos construidos que se ajusten a los planteamientos de unos y otros. Tanto aspectos culturales, relacionados con los medios técnicos o climatológicos o aquellos meramente económicos, han llevado a que las propuestas se contextualicen y adquieran un carácter más/menos amable o más/menos especulativo.
Sin embargo, todas las propuestas de entonces parecen responder de un modo claro a los acontecimientos tecnológicos del momento y centran su atención en aspectos relacionados con la movilidad y la organización por sectores o distritos.
Empiezas a pensar que la realidad transforma la esencia de cualquier propuesta y tratas de abstraer conceptos relevantes que se hayan mantenido como constante en el desarrollo de estas. Bajas del Delorean y regresas al presente.
futuro simple | ¿nuevos planteamientos?
Acudes a una interesante conferencia y cae en tus manos una revista llamada arcVision. La ojeas por encima y tratas de prestar atención a algo de lo que te cuenta. Rápidamente, cansado de andar traduciendo del italiano o el inglés al español, corres hacia las imágenes y te quedas deslumbrado con un potentísimo render a toda página, ¡aquello es el futuro!: el intensísimo verde de sus paisajes, la megalomanía de sus planteamientos, las superestructuras, el recurrente empleo del vidrio en todas sus formas y colores, no deja lugar a dudas.
Vienen a tu memoria los ingleses Archigram o Superestudio en Italia y reparas en que estas propuestas no se caracterizan por ser especialmente innovadoras en su esencia, aunque sí probablemente en las cuestiones concretas que abordan.
Muchos de los planteamientos de estos proyectos de diseño radical persiguen más generar debate a través de las imágenes y propuestas concretas, que materializarlas literalmente. Además, pensar en una traslación directa de estas ideas a una realidad futura es de una peligrosa simpleza. La implantación de nuevas herramientas de diseño arquitectónico (dos palabras que juntas dan un poco de grima) en manos de diseñadores arquitectónicos van a posibilitar que aparezcan más pronto que tarde algunos experimentos en nuestras localidades, como poco, «curiosos».
No quisiera que se interpretasen mis palabras como una renuncia a nuevos planteamientos arquitectónicos o formales. Tan sólo quiero expresar mi preocupación por la falta de compromiso en nuestro contexto (provincias y comunidades) para generar propuestas consensuadas con la sociedad, para construir ciudad y que estas sean de todos y cada uno de nosotros, a nuestra escala y que partiesen de una premisa tan sostenible como una renuncia manifiesta al borrón y cuenta nueva.
futuro perfecto | territorios de incertidumbre
Son innegables los vínculos que podemos establecer como comunidad con nuestras ciudades. La fuerza con la que se graban en la memoria escenas de nuestro entorno más próximo, casi siempre vinculados a momentos, sin ser apenas consciente de todo ello, más que cuando lo tenemos lejos o lo contrastamos con algún vecino.
Es inevitable ver con lejanía los paisajes que nos plantearon los grandes maestros de la arquitectura, ya que hemos advertido una considerable incapacidad, por parte de quienes se apoyaron en sus ideas, para ajustar las mismas de manera razonable a nuestras ciudades. Y ni que decir tiene que es aterrador imaginar que mi ciudad pudiese ser atropellada accidentalmente por una megalópolis motorizada.
Sería bueno, llegados a este punto, dirigir nuestra mirada más atrás aún y recordar aquella actitud por parte de otras civilizaciones que si parecían comprender mejor este concepto no aprehendido, amplio y complejo, de sostenibilidad. Pensemos un segundo en aquellos esforzados andalusíes que se apoyaban en preexistencias y arrancaban de ahí la construcción de una nueva mezquita o palacio, sirviéndose humildemente del material de gastadas edificaciones de culturas anteriores para consolidar su nuevo futuro.
Partir de la base de que nuestros recursos son limitados es esencial para empezar a hablar de sostenibilidad y comprender todo ello de un modo amplio hará que no nos perdamos en lo que son actuaciones concretas (reciclaje, bioconstrucción, energías renovables, etc.). La escasez de medios de civilizaciones que nos precedieron parecen hacernos ver que ese contacto entre la obra humana y el medio se producía con menos fricciones que en la actualidad.
Las actividades en barrios establecen una serie de sinergias dentro de una comunidad que realimenta a la misma de actividades y propuestas. Esto enriquece a dichos barrios y les da cohesión de cara a plantear propuestas a la administración. Se vuelve en este sentido crucial construir entre todos un discurso que se convierta en la herencia más valiosa que podamos legar a quienes nos sucedan:
comunidades + rehabilitación urbana = sostenibilidad
Habremos de explicarnos, poco a poco, que no todo se podrá resolver a través del acontecimiento tecnológico, que una renovación formal no siempre va de la mano de la sostenibilidad, que las labores de acupuntura urbana son más relevantes que los macro-proyectos, que no hay desarrollo sostenible posible en ningún planteamiento que aparte al individuo o a colectivos del proceso y que participar en la actividad de nuestros barrios y comunidades es una labor crucial para conocernos, entendernos, respetarnos y ser un poquito más fuertes y felices en nuestras, desgraciadamente, anodinas y turísticas ciudades.
Habremos de ser capaces de comprender que todo ello será posible gracias a nuestra condición humana, nuestra capacidad para amar la vida, a quienes nos rodean y a nuestro contexto arquitectónico y urbano, aunque no siempre seamos conscientes de todo ello.
Texto: Manuel Ramos / Fotografía: Notas al pie de foto / Escrito originalmente para el blog ramos |arquitectura / Cita: Manuel Ramos, “Futuro perfecto / Amor y arquitectura vol.2” / Fecha 18 ago 2015 /